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Las infecciones de transmisión sexual
Una de las infecciones de transmisión sexual (ITS) más conocida y más grave en el mundo es la producida por el VIH, que como consecuencia crónica puede producir el sida. A continuación hablaremos de otras ITS. Se denominan infecciones de transmisión sexual (ITS) a aquellas infecciones cuyo mecanismo de transmisión es el contacto sexual. Se dice que “generalmente” y “no siempre” se transmiten por contacto sexual, porque algunas de ellas pueden transmitirse por otras vías, especialmente la sanguínea (como el VIH y la hepatitis B), o de madre a hijo o hija durante el embarazo o el parto (como la sífilis, la hepatitis B o el VIH). Las manifestaciones clínicas de las ITS se localizan preferentemente, pero no de forma exclusiva, en la zona genital. Se ha hablado tradicionalmente de enfermedades de transmisión sexual, con las siglas ETS, para identificar una serie de patologías (cambios estructurales y procesos morbosos que presentan los enfermos) con manifestaciones generales y locales que tienen su origen en microorganismos adquiridos por contacto sexual. No obstante, en el año 1998 la Organización Mundial de la Salud (OMS) introdujo el término de infecciones de transmisión sexual (ITS) para remarcar que se pueden tener síntomas, o incluso ser portadores de estos microorganismos, sin presentar por ello una enfermedad propiamente dicha, pasando desapercibida para la persona que la padece, para su pareja y para el personal sanitario. Las ITS afectan por igual a chicas y a chicos, pero quizá son los chicos los que más se preocupan por ellas. A lo largo de los siglos se ha novelado mucho con infecciones, como por ejemplo la sífilis o la gonorrea, asociándolas más a las prácticas sexuales masculinas, supuestamente más
promiscuas.

Signos y síntomas más frecuentes

Coloquialmente, se tiende a englobar la sintomatología infecciosa masculina
con el término de uretritis, y la femenina con los términos de vulvo-vaginitis
o cervicitis, dependiendo de que la zona afectada sea la vulva/vagina o el cuello uterino, respectivamente. Las primeras señales que deben hacer sospechar de una ITS son la presencia de flujo vaginal anormal o leucorrea; secreción amarillenta por el orificio de la uretra masculina y picor importante en la zona genital, denominado prurito. Además, existen otras señales: - Balanitis. Término referido a los chicos, un poco en desuso. Hace referencia a la inflamación e irritación del prepucio. Se suele asociar a picor o prurito. - Uretritis y otras molestias urinarias. Términos que hacen referencia, por lo general, a las afecciones masculinas, que por contigüidad afectan tanto a la uretra como a la parte distal del pene. Sin embargo, las molestias urinarias propiamente dichas se dan con mayor frecuencia en las chicas. - Cistitis. Se refiere a la infección de la vejiga de la orina. Como la uretra femenina, conducto que comunica la vejiga con el exterior, es muy corta, las posibilidades de padecerla son mayores en las chicas o en las mujeres en general. A veces no se debe a la presencia de una bacteria específica sino que su origen es mecánico, lo que habitualmente se describe como “haber cogido frío en la vejiga”, o lo que es lo mismo, contracciones o espasmos involuntarios por causas - Úlceras o heridas. Son ciertamente preocupantes porque pueden deberse a diversos agentes cáusticos (quemantes) o, más frecuentemente, a microorganismos (bacterias, virus, hongos). La sífilis y el chancroide también pueden manifestarse en forma de - Verrugas genitales. La aparición de verrugas en cualquier parte del pene, sobre todo en el borde del prepucio, en la entrada de la vagina, en el ano o en zonas cercanas, debe hacer pensar en una infección de origen sexual, tanto en chicos como en chicas. De manera resumida, dada la variedad de manifestaciones de las ITS, los síntomas principales que producen, ya sean solos o combinados, son: Flujo vaginal anormal, con frecuencia acompañado de otros síntomas Úlceras en los genitales, dolorosas o no. Inflamación de los ganglios inguinales. Picor en la piel del pubis o en los genitales y enrojecimiento de los
ITS más frecuentes y tratamiento

Hay muchos microorganismos capaces de causar ITS, aunque las más
frecuentes y conocidas son las siguientes: 1. Caracterizadas por úlceras genitales Las úlceras son heridas en la piel o las mucosas; en este caso se suelen localizar en órganos genitales o zonas cercanas. Aunque pueden ser debidas a diferentes causas, en la mayoría de los casos es por una ITS. Las más frecuentes son: Infección por el virus del herpes simple: Hay dos tipos de herpes simple, el tipo 1 (suele localizarse en la boca, llamado comúnmente “calentura” y que suele transmitirse en la infancia) y el tipo 2. Este último se transmite fundamentalmente por vía sexual, produciendo vesículas (ampollas) únicas o múltiples en la piel o las mucosas de los genitales, que suelen acompañarse de picor o dolor y de síntomas generales como fiebre y malestar. Desaparece y reaparece nuevamente a lo largo del tiempo, sobre todo cuando bajan un poco las defensas, especialmente en el primer año después de haberse infectado. La mayor parte de las personas infectadas con el virus tipo 2 no tienen síntomas y no han sido nunca diagnosticadas, con lo cual desconocen su infección y pueden transmitirla. * Tratamiento: hay tratamientos antirretrovirales eficaces para que todo el proceso dure menos o para que las vesículas no aparezcan mientras se está tomando la medicación, pero las recidivas (recaídas) se producen con frecuencia, ya que en ningún caso estos tratamientos curan la infección. Sífilis: Produce una enfermedad con varias etapas. – Etapa primaria: es la más conocida, y tras unos 30 días después de tener un contacto sexual con una persona infectada, aparece una úlcera o “chancro”, parecida a un grano, generalmente en la región genital que cura en otros 30 días aunque no se inicie tratamiento. – Etapa Secundaria: después de algunos meses (incluso 2 años), tras la curación del “chancro”, pueden aparecer manchas por el cuerpo, ganglios inflamados, lesiones diversas en la piel y en las mucosas con afectación del estado general, fiebre, dolor de cabeza, cansancio, anemia o pérdida de peso. Si no se diagnostica en esta fase y tampoco se indica tratamiento, la infección seguirá evolucionando. – Etapa Terciaria: caracterizada por manifestaciones diversas y graves en diferentes órganos del cuerpo, como el corazón, el sistema nervioso, el sistema óseo, etc. Esto puede ocurrir hasta 20 años después de la infección primaria, aunque lo más frecuente es que aparezca entre 2 y 4 años después de haber tenido la úlcera inicial. * Tratamiento: si se diagnostica a tiempo, los tratamientos resultan ser muy eficaces. Actualmente, en nuestro país se hace una prueba de forma sistemática a las mujeres embarazadas, ya que es posible la transmisión al feto, y si esto ocurre puede producir enfermedades graves en el recién nacido o incluso la 2. Caracterizadas por uretritis y cervicitis Uretritis: inflamación de la uretra caracterizada por ardor y/o dolor al orinar, y emisión de material purulento (pus) al tener relaciones sexuales o bien de forma espontánea. Cervicitis: aparición de un exudado mucopurulento (como pus) en el cuello del útero y dolor o ardor en la penetración o de forma espontánea. Producida por el gonococo: Además de uretritis y cervicitis, hay inflamación de los órganos genitales y ardor al orinar. Suele ser muy evidente en hombres, pero en las mujeres con frecuencia pasa desapercibida. Producida por clamidia: Se presentan síntomas parecidos a los de la gonorrea, y también suele pasar desapercibida. Si no se tratan estas enfermedades, las mujeres que las padecen pueden presentar la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), caracterizada por dolor abdominal bajo, dolor a la penetración, sangrado anormal y leucorrea (secreción vaginal blanca). Si el gonococo o la Clamydea afecta a las trompas de Falopio puede ocasionar esterilidad. * Tratamiento: Si se diagnostica a tiempo, tanto para la gonorrea como para la clamidia, existen antibióticos muy eficaces para tratarlas. Se hace un tratamiento a la pareja y un seguimiento posterior para evaluar la respuesta a aquel. 3. Caracterizadas por vaginitis Vulvovaginitis por tricomonas: La vaginitis se caracteriza por el aumento del flujo vaginal de color amarillo, en la mayoría de los casos con mal olor e irritación vulvar o vaginal. Los hombres no tienen síntomas pero pueden transmitir la enfermedad. * Tratamiento: existen tratamientos eficaces. 4. Otras ITS Infección por el virus del papiloma humano (VPH, condiloma acuminado): Es una infección muy frecuente en todo el mundo, y en algunos países desarrollados constituye la infección de transmisión sexual más frecuente. Produce “verrugas” aplanadas en cualquier zona de los genitales, tanto externos (hombres y mujeres) como internos (en el caso de las mujeres). Pueden ser más o menos dolorosas, y oscilar entre unas pocas y cientos de lesiones. Puede ser especialmente importante en las mujeres ya que puede llegar a producir cáncer, especialmente en el cuello del útero y en la zona anal. Sin embargo en los hombres lo más frecuente es que no tenga ningún síntoma ni lesiones, pero actúa sin saberlo como transmisor del virus. * Tratamiento: se debe realizar el tratamiento en caso de molestias. Suele basarse en cremas o soluciones para el tratamiento o la extirpación (erradicación) local de la lesión mediante diversas técnicas. Ya están disponibles vacunas para algunos de los diferentes tipos de papilomas, aunque su eficacia aún no está totalmente evaluada. Hepatitis B: Es un virus que se transmite por vía sexual o sanguínea y que produce una inflamación del hígado que puede oscilar desde no dar síntomas hasta producir hepatitis fulminante y la muerte. Existen, por tanto, personas con el virus que no tienen síntomas, pero que transmiten el virus a otras personas. * Tratamiento: no existe uno específico. Los cuidados sintomáticos y el tratamiento con antivirales, como “Interferón Lamivudine” y otros, han sido efectivos en diferentes porcentajes. La hepatitis B es la única ITS que se puede prevenir mediante una vacuna específica. 5. Causadas por parásitos Escabiosis (sarna): Produce picor intenso, fundamentalmente nocturno, en cualquier parte del cuerpo pero predominando en las zonas entre los dedos de las manos, las muñecas, las axilas, el abdomen, los genitales y los pechos. Se transmite por contacto de piel a piel o por contacto con ropas infectadas. Pediculosis púbica (piojos en el pubis): El parásito se instala en el vello del pubis produciendo un picor intenso que lleva al rascado y a veces a la sobreinfección bacteriana. Puede contagiarse por contacto directo íntimo, y también con ropas infectadas. *Tratamiento: existen tratamientos eficaces para estas dos afecciones. En el caso de la escabiosis, además del tratamiento específico, es necesario lavar con agua caliente la ropa de cama y noche. Para la pediculosis púbica, además de tratarse a la persona que padece la infección, también debe tratarse a la pareja o persona con quien se comparte la cama. 6. Otras afecciones Si bien no se transmite en relaciones sexuales y no se consideran ITS, es necesario mencionar dos afecciones frecuentes. Candidiasis: La candidiasis es una afección en las mujeres que con frecuencia se diagnostica cuando se realiza una prueba para evaluar una posible ITS. Es causada por hongos (Candida albicans y otros), que producen vaginitis (aumento de flujo vaginal, blanco y espeso), prurito, picor y dolor vaginal, dolor en la penetración, dolor o escozor al orinar, etc. * Tratamiento: la tendencia general es tratar solo los casos que dan síntomas. Hay multitud de productos antimicóticos (tratamiento contra hongos) en crema, óvulos o comprimidos. Vaginosis bacteriana: Se caracteriza por un aumento del flujo vaginal causado por un desequilibrio de la flora normal que hay en la vagina. * Tratamiento: la tendencia es solo tratar los casos que dan síntomas con antibióticos específicos. Siempre hay que tener en cuenta que cuando una persona tiene una ITS ha estado en riesgo de haberse infectado de cualquier otra, o incluso de varias. Por esta razón, siempre que se detecte una ITS es necesario realizar un estudio de sangre y en uretra o vagina-cuello uterino, para descartar la posible existencia de cualquier otra ITS. Además, es importante que la pareja de la persona que padece alguna ITS reciba también tratamiento. NO HAY QUE OLVIDAR QUE LA EXISTENCIA DE CUALQUIER ITS EN UNA PERSONA CON VIH, ASÍ COMO EN SU PAREJA SEXUAL, INCREMENTA EL RIESGO DE TRANSMISIÓN DEL VIH EN UN CONTACTO SEXUAL NO PROTEGIDO. Fte. Guía de actuación para agentes de la salud en VIH/SIDA, FUNDADEPS

Source: http://www.scout.es/downloads2/TransmisionITS.pdf

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