EXPERIENCIAS CON LA ANGUSTIA1 EVA LERNER Una convocatoria a hablar de la experiencia de lo real en la cura conecta siempre con lo más
complejo del quehacer de un analista. Que además se trate de una invitación entre amigos
para confrontar y compartir los obstáculos y mantener el entusiasmo en sostener esta práctica
hace que agradezca esta invitación a los amigos de Mayéutica y a Ilda Rodríguez de la
Comisión Organizadora de estas Jornadas quién me formuló la invitación.
Decidí abordar esta complejidad desde su fuente misma, mi práctica y como nos sucede a
todos desde el modo como re-inventamos cada vez el psicoanálisis ya que podemos definir
“lo real”hasta el hartazgo y al cabo de un rato ya no sabemos de qué estamos hablando.
Es por ellos que cada cuál hace lo que puede con lo que no cierra de la teoría en cada
presentación discursiva de un analizante, con lo que puede saberse, con los límites del saber
Somos privilegiados al podemos encontrar en nuestro oficio algo ajeno a la rutina y una
causa permanente de invención.Sin embargo, esto no impide que algunas cuestiones
precipiten y sean estas las oportunidades entre amigos de preguntarnos qué hacemos cuando
No es el lugar de fundamentar los acuerdos teóricos porque parto de que hablamos del surco
abierto por Freud y continuado por Lacan .Estamos en ese tiempo, aún.
A mí entender es tiempo de abrir la mostración de la clínica para recuperar el invento
Una de las primeras tareas del psicoanalista una vez establecida la transferencia simbólica y
el valor separador para el que la cura se propone es constatar cada vez ,que el acto separador
1 Presentados en las Jornadas de Mayéutica, Institución Psicoanalítica, “Experiencias de lo real en la cura”, 4 y 5 de septiembre de 2004, Casal de Cataluña.
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La lectura, interpretación o intervención, es cavadura desde el comienzo.
Su efecto separador tiende a operar tanto en la alienación al Otro del significante como en
la alienación que habita en el cuerpo, por eso decimos dirección de la cura en sentido de
La dirección es hacia la causación deseante y sus consecuencias serán ni más ni
Ahora bien, si el fin como finalidad del análisis es saber hacer con lo real es de ello que se
hace experiencia en la cura y no sólo como analizante también los analistas.
La experiencia con la angustia es uno de los bordes de lo real que más enigmas me
suscitaron desde el comienzo de mi práctica.
Considero que no se trata de mantener indescifrada la angustia por mucho tiempo en el
análisis. Seguramente tiene que ver con una posición propia frente a la angustia.
La cuestión que quisiera presentar hoy es que a veces este cifrado es posible, en cuyo caso es
necesario poder situar sus coordenadas lógicas .
En otros casos en cambio la angustia es refractaria a una cifra que haga sustitución y calco
para otras oportunidades hasta que la repetición a veces llega a límites insoportables para el
Consideraré tres experiencias que supongo son de lo Real o con lo Real de la angustia. Una
es de angustia no ligada entendiendo por angustia no ligada aquella no ligada a un
significante como es la que se despierta por el significante del objeto de la fobia. Que
tampoco es la angustia señal. La otra es la pesadilla y la tercera es la angustia señal.
La relación del sujeto a los objetos bajo los cuáles es hablado y mirado en su cuerpo es
muda. Estos objetos son de lo Real y los extraemos por retazos en los intersticios de lo
posible de ser dicho y en lo que en su muda repetición deberían aparecer más elocuentes
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para nuestra lectura. Como esto no es así aunque lo defina tan bien la teoría con la que
habitualmente cerramos nuestras preguntas, todo nuestro cuerpo está ofrecido bajo el
semblante para que ese objeto se encarne en nosotros.
La angustia es la señal privilegiada que se nos da a leer para visualizar próximo algo del
objeto en cuestión que es sobre todo la voz del superyó. Diría que de los dos objetos del
deseo del Otro, pasados todos los objetos de la demanda por el ordenador fálico, la mirada
podría subsumirse también a la voz hasta que se desgaja de ella.
La angustia sería la máxima expresión de esta voz sin litura que sólo bordada con la
tonalidad apropiada leerá la letra de la detención que la angustia conlleva.
Las siguientes son algunas reflexiones acerca de mi experiencia en la clínica de la angustia
en la dirección de la cura en general y en particular cuando se trata de las entrevistas
iniciales de consultas por un gran ataque de angustia, llamado pánico en nuestro tiempo por
influencia de la psiquiatría biológica.
Muy por el contrario, en estos casos se trata de una propuesta de distintas “intervenciones” y
“operatorias posibles” en la clínica de los signos, difíciles de abordar con la interpretación
pero sólo a los fines de enderezar el tejido discursivo, apuntando todo el tiempo a que esa
rectificación propicie que la metáfora que indica al sujeto de la palabra y del deseo entre en
discurso y pueda leerse con la interpretación.
Aclararé también que no fue sin un detenido examen de las diferencias entre
abstinencia del analista y responsabilidad que sitúo hoy, el horizonte de mi práctica.
I) En aquellos casos en los cuáles la angustia está ligada, la liga un significante a un
objeto como en el caso de las zoofobias, incluso a veces en la agorafobia o en la
claustrofobia puede encontrarse esta ligadura.
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En esos casos el síntoma fóbico es el que traza -como en el caso del pequeño Hans- una ruta
La ligadura se lleva a cabo en la fobia por vía de un desplazamiento, es decir por una vía
metonímica. Hace poco me consultó luego de muchos tratamientos, una reconocida
profesional que padecía de grandes ataques de angustia que la invalidaban. Vivía con un
perrito en su falda, así trabajaba y transitaba por el mundo, así concurrió a la consulta. Nieta,
hija y hermana de mujeres fóbicas a perritos, su síntoma me fue rápidamente transparente no
por mi genialidad sino por la de nuestro maestro Freud en el caso Hans.
Con el perrito estaría a salvo de la cercanía, precisamente de algunas mujeres, es como si
llevara la metáfora paterna en sus brazos.
La fobia ligada se presenta como signo y no como cifra metafórica, no por ello deja de
constituir un enigma a sostener y hay que conseguir que se metaforice para luego descifrarla.
Una analizante que no podía salir a la calle sola porque se sentía perdida, resolvió su
agorafobia cuando “sentirse perdida”, pasó a arrojar la cifra “ser una perdida”, que en
nuestra lengua alude a la prostitución.
En general las fobias ligadas ordenan un espacio transitable para la subjetividad y la persona
en cuestión se siente más compelida a respetarla que a interrogarla. Otras veces están veladas
para sí mismo o para los familiares, detrás de los gustos o la preferencias refiriéndose a ellas
de un modo muy razonable y aceptable socialmente. como cautela o prudencia.
en fin, argumentos y valores indiscutibles, que en su extremo y en la sumatoria en una misma
persona, indican si aguzamos la oreja el velo social de una fobia.
Sumada a la dificultad de la metaforización, sobre todo en casos como la claustrofobia y la
agorafobia, el reclamo al analista respecto a la angustia pareciera ser “cúreme de esto tan
molesto sin que yo me tenga que implicar e interrogar nada porque estoy urgido!”
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II) Aquellos casos en los que la angustia no está ligada, el colmo de la angustia
supera la tolerancia del sujeto y llega a manifestarse con claros signos de pánico (por ello la
actual nomenclatura de esos episodios que nombra el todo por la parte) se trata de angustia
difusa, que se extiende sin que el que la padece pueda ubicar remotamente qué le ocurrió,
pero sí puede situar su inicio bastante claramente en relación a algún acontecimiento.
El gran ataque de angustia ya se conocía en la clínica de las fobias como neurosis de
angustia, lo nuevo no es el cuadro sino el negocio de los laboratorios.
Lo que sí podemos decir es que el psicoanálisis puede aportar hoy una operatoria en la
consulta de tales casos para demostrar que hay un avance posible en el tratamiento de estos
casos que antes quedaban remitidos a la psiquiatría. mundo.
Centraré mi interés en los casos de angustia no ligada en los cuáles el signo es que
la persona se encuentra perdida de su camino, de una ruta precisa para su deseo .No se trata
en mi propuesta, de conseguir que lleve a cabo una ligadura de un significante con un objeto
espacial como lo proponen numerosos trabajos en la literatura psicoanalítica porque de ese
modo sólo se consigue que se cristalice un síntoma.
Esta angustia es no discursiva, en un principio es carente de representación, arrastra
memoria no convertida en recuerdo por eso es angustia real siempre actual al modo de las
neurosis actuales si no se la hace hablar. Por el modo en que irrumpe, a veces repentino, es
más ruidosa en la clínica, al menos en mi experiencia, que aquella ya ligada .
Presenta las características de la inhibición y su tratamiento es que se sintomatice, que hable,
que se metaforice, pero no se trata que se ligue a un significante ni a un acompañante como
Requiere que se la subsuma a un mapa, a un recorrido simbólico que es lo que en verdad le
falta, para que algo empiece a decirse y esto permita comenzar un análisis.
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Es preciso entonces entender su lógica porque compromete a toda la estructura.
2. La fobia y el gran ataque de angustia
En el horizonte de la siempre vigente pregunta acerca de si la fobia es una estructura o es
sólo una plataforma entre histeria y obsesión , aunque fenoménicamente la fobia presente la
mayor parte de las veces la plataforma giratoria de histeria y obsesión que Lacan plantea,
algunos han entendido que por ello se reduce a histeria o a obsesión .
Sin embargo es por una razón estructural que la fobia no se reduce a histeria ni a obsesión y
no la podemos subsumir a esas estructuras,
Conservando por ahora la tripartición freudiana intentaré dar cuenta ,de esa invariante de
estructura que se repite en todos los casos: carece de un mapa de salida y sus caminos
conducen invariablemente al encierro en el Otro.
Pareciera que una parte de la operación de la represión originaria no suelda, no termina de
definir un borde que se cose y siempre se descose.
¿Es que en las otras estructuras algo se cerró y algo se perdió definitivamente que en el
fóbico no está totalmente reprimido, lo originariamente reprimido?
La propuesta siguiente es una conjetura teórica. La estructura del hablante está siempre en
riesgo de convertirse en la plataforma giratoria de la fobia. Propongo que la tripartición
freudiana son distintas presentaciones discursivas y deseantes por las que puede pasar
cualquier neurótico con preponderancia de alguna. El momento de la fobia es un tiempo en el
que algo del saber que debiera hacerse Unerkant, para pasar al territorio de lo Umbewuste
queda está en el “limbo de los justos”.
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Algo pidiendo ser puesto en el molde de la represión, bajo la Ley de la castración , queda
nuevamente por fuera de la represión originaria2.Soluciones o bien restituciones con
vestiduras “perversas” denuncian discursivamente esta dificultad.
diría que es como coser con un hilo sin nudito, se cose y se cose y se vuelve a coser y siempre al final la costura queda abierta. Una vacilación del anudamiento deja al sujeto descocido, de a ratos, de su signifación fálica. Hay que hacerle el nudito al hilo, si no, no se puede salir del juego del Otro para hacer el propio juego. Hay que coser una rendija abierta que no compromete toda la estructura pero que la compromete lo suficiente como para que algo se escape.
Por una rendija de lo fallido de la represión se le escapa algo de sí, de lo que no termina de
apropiarse, que no se inscribe en la cuenta del sujeto , tributaria de “lo propio” y que una y
El corte no tiene costura de los bordes para legitimarlo, “sólo hilván sin nudito”y sin poder
Cuando se conmueve la estructura del parlêtre aparecen claros indicios de angustia incluso
de pánico en cualquiera, aunque no sea fóbico ,los últimos años, en nuestro país, muchos lo
El imaginario humano debe contar con una puerta por la que se pueda salir y entrar y debe
contar con que “hay mundo” por donde transitar y con que ese mundo por el que se transita
se nombra de algún modo. De lo contrario, es el pánico y el pánico deja al sujeto inmerso en
2 Entiendo que la represión originaria para Lacan acontece recién cuando el sujeto se nombra. En el Grafo de la Subversión del Sujeto donde consignamos S(A),( en el Nudo borromeo, cuando los tres registros se anudan. La nominación puede hacer falso nudo en cualquier momento de la vida porque el anudamiento está en movimiento permanente.
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Digo con esto que el riesgo que corre la estructura neurótica anudada no es el del
desencadenamiento psicótico, por eso Lacan dice que el neurótico es irreventable.
El riesgo es de que se conmueva el anudamiento y su efecto es una manifestación elevada de
angustia a causa de una vacilación de la significación fálica .Esto se debe por un lado a una
intrusión de lo real en lo simbólico cuyo efecto es de ausencia o borramiento de las trazas de
filiación del sujeto y por otro lado a una intrusión de lo real en lo en lo imaginario cuyo
Algún desencadenante reciente y seguramente muy comprometedor para el destino futuro
opera como real intrusivo en lo simbólico y en lo imaginario determinante del gran ataque de
angustia. Hasta que las trazas del sujeto puedan ser ubicadas, descriptas y luego nombradas y
recuperada la significación fálica la angustia en su colmo , no cesa.
Lo que notamos en la clínica de los grandes ataques de angustia es la que la subjetividad
se encuentra de pronto, a merced de un supuesto sin salida, de un borramiento de las
Un supuesto sin salida de dónde? Del mero arbitrio de un Otro, del todo vale hacerse con su
persona, y con el Otro, en fin, de la puesta en duda de la prohibición del incesto, único
ordenador de la civilización y de la cultura.
El gran ataque de angustia, no ligada, de la que emerge un pánico con manifestaciones
orgánicas, sudoración, diarreas, mareos, vómitos, taquicardias etc no es ajeno a la relación
del sujeto a posiciones renegatorias , de desmentida de lo normativo de la ley que el
fantasma de todo neurótico se ocupa de reavivar para sacar partido de goce.
En ese momento fóbico, si no es de larga data y si no organizó aún una restitución perversa
,ese goce le cuesta el “gran” ataque de angustia. El rédito de goce que le otorga el “todo
vale”, que usa con la prerrogativa de no angustiarse , es precisamente lo que lo angustia.
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La ley , en el registro simbólico, es tributaria de la castración ,es lo que resguarda y pacifica
la barbarie entre los hombres, pero en su cruce con el registro imaginario, en que es rebajada
a “arbitrariedad del Otro” también ordena la impunidad del superyó con el sujeto, que
Algo parecido ocurre con el Otro social.Cuando el Otro simbólico que resguarda los estratos
más imprescindibles del horizonte que transitamos se desgarra y sólo detenta la impunidad
de la ley, la sensación es de pulverización de la existencia.
Una vida remitida al puro arbitrio del Otro es una vida mochada de la condición deseante
que el parlètre como tal se merece, pero si sostiene una posición ambigua, las más de las
veces renegatoria con respecto a la ley, no será tributaria de la castración, la que opera como
condición de condescendencia del goce en favor del deseo.
Es difícil encontrar dónde asirse en el pánico. La identidad se atomiza.
El imaginario pulverizado hace colapsar al fantasma y los significantes que lo representan
tributarios del rasgo unario quedan borrados. Muchas veces estos grandes ataques de
angustia están acompañados de duelos impedidos o no tramitados.
Mi trabajo de hoy consiste en relatarles una experiencia, que puse en práctica en mi
consultorio, con el soporte conceptual de la doctrina que compartimos aquellos que nos
inscribimos deudores de la enseñanza de Freud y de Lacan para abrir una primera brecha en
el difícil abordaje inicial en estos casos. Por qué es difícil?
1)En primer lugar es difícil de abordar la “emergencia” en psicoanálisis pero es de nuestra
responsabilidad difereciar los distintos tipos de prisa.
En estos casos no se trata de la prisa histérica que no soporta la espera porque es un borde de
la castración, ni se trata de la prisa maníaca, correlato de la renegación del duelo, a veces sin
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tejido para tramitarlo. Tampoco se trata de la prisa melancólica, antes de una salida suicida
No es tampoco la prisa esquizofrénica, en el aura del desencadenamiento.
La que hoy nos ocupa es la prisa por lo insoportable de la angustia.
Me gusta definir: emergencia en psicoanálisis, como la legítima prisa subjetiva por recuperar
la condición deseante perdida o en vías de perderse prisa que, apremia al paciente,
Y si es legítima y el psicoanálisis no pudo responder nunca a esa legítima prisa, por qué no
pensar que se trató del límite de la operatoria utilizada y no del límite de la estructura en
La angustia remite la angustia abordada con las indicaciones acerca de la angustia que nos
Si abordar la angustia de otro modo en estos casos no nos aleja de la teoría que sostenemos
en la efectuación de nuestro acto y se facilita así la posibilidad de análisis para algunos
casos, quedaría señalado un límite de la operatoria de los analistas que debemos diferenciar
Muchos casos entraron en una bolsa de gatos que se llamó “los inanalizables”.
El Nudo Borromeo de Jacques Lacan nos permite avanzar en esa experiencia .Si un análisis
arriesga a a atravesar la barrera de los bienes, de la belleza y del pudor puede corregir los
falsos anudamientos que en la estructura se producen todo el tiempo.
El requerimiento de encontrar un modo de abordar esta legítima prisa subjetiva a la que me
referí me convocó en mi práctica clínica, a poner a prueba una operatoria en las entrevistas
preliminares que en última instancia también permite que se instale la transferencia, en
principio con el psicoanálisis y luego con el analista constituyendo en estos casos a
diferencia de otros,al “sujeto supuesto saber, operar con la angustia “.
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2) La segunda razón por la cuál este tema es difícil de abordar es porque estamos en
una polis donde el discurso médico de influencia norteamericana sostiene que el pánico es
biológico y se cura con métodos químicos, psicofármacológicos.
Son frecuentes las consultas de , por ejemplo mujeres que quieren quedar embarazadas y no
pueden dejar la medicación con Prozac que es teratógena para el embarazo porque les vuelve
el pánico y en esas “terapias”no han aprendido a hacer algo con su angustia .Son frecuentes
también hoy, las consultas de personas medicadas hace años pero cada vez más invalidadas
en sus actividades porque no se han apropiado del trabajo con su angustia
3) En tercer lugar, es difícil de abordar, porque las manifestaciones físicas que se presentan
en los sucesivos “ataque de pánico”, instalan una verdadera fobia traumática, esta vez al gran
La repetición de los ataques, y si no, el miedo a que se le repitan, confunden a veces a los
mismos analistas acerca de las vías de salida.
El que consulta, desconfía además, de que esa angustia repentina surgida sin motivos
aparentes pueda ser psíquica y el temor a la muerte inminente y la sensación de emergencia
le hacen buscar rápidamente otras soluciones y abandonar las entrevistas iniciadas
Son estos obstáculos los que me llevaron a poner a prueba lo que Freud hacía cuando
investigaba los fenómenos psíquicos y estaba construyendo la teoría.Si estas encrucijadas
nos obligaban hoy a revisar nuestra clínica, por qué no poner a prueba la cuestión como lo
Freud hacía intervenciones contando la doctrina. Esto le propició a veces material
para avanzarla , para interrogarla o bien para confirmarla como los sueños de “La bella
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La experiencia que realicé, me llevó a formular esta propuesta.
Consiste en relatarle al que consulta su padecimiento. Tal vez el será un futuro analizante,
pero en principio viene desanimado por haber recorrido psiquiatras que lo medicaron,
terapeutas que le propusieron acompañantes terapéuticos y cuyo resultado fue un fracaso.
Se trata de proponerle, que ponga a prueba, desde el comienzo de las entrevistas preliminares
que la primera razón de su padecimiento es que queda muy fácilmente expuesto en su vida a
situaciones en las que queda a merced de algún otro.
. Invitar al relato de cada una de esas escenas en las que él no se puede sustraer situando
su deseo y se coloca a merced del deseo del otro.
Este es el trabajo con la primera de las tres grandes claves de la angustia: debe situar
en primer lugar: cómo cuándo, dónde, de qué modo, con que palabras, quedó a merced del
deseo del Otro, por supuesto el analizante comenzará a situarlo siempre encarnado en algún
otro. En qué acontecimientos recientes frente a la inminencia de algún otro quedó fuera de
El relato del analizante permite introducir el trabajo con lo que llamo la primer
clave de la angustia pero es lo que Lacan en el Seminario X llama: la angustia cuando se
presentifica el deseo del Otro ,que lleva al sujeto a interrogar, qué quiere el Otro de mí, en
Con la ruta del Otro o el abismo se da para la subjetividad una nueva encerrona
paradojal. Por eso estos ataque aparecen en un momento de la vida en que la posición
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deseante del sujeto no cuenta, como contó hasta ese momento con la cobertura simbólica
necesaria para abordar los quiebres que en su imaginario le produce algún nuevo real.
No cuenta con un mapa propio, ni significante, ni temporo-espacial para abordar este
real. Se trata de recuperar o escribir el propio mapa, pero para eso hay que pagar un precio y
sólo será en el análisis, la subjetividad en ese momento, no sabe que sabe, de la hipoteca que
porta, sólo que él a diferencia de otros neuróticos se encuentra en un demasiado sufriente sin
salida.Ya desde las entrevistas, este trabajo permite una ejercitación primera del cese de la
La ejercitación del riesgo que implica disentir con el deseo del Otro le parece
novedosa. Se trata de una separación posible que alivia.
Cuando el analizante puede empezar a trabajar con esta primera clave de la angustia,
a modo de diseño del mapa del que carece, comienza a advertir que hay una lógica de su
padecimiento de la que no disponía y se empieza a iluminar una salida posible.
Se facilita así que la transferencia con el analista se instale por vía de la
comprobación del cese de la angustia .Se trata de centrarla en el análisis como prioritario de
la medicación que incluso uno mismo puede haber incluído con alguna transferencia lateral
Presentada así la primera clave para cifrar la angustia ,obsérvese que no digo
descifrar, y en el ejercicio de convertirla en angustia señal ,si además se dan los otros
requisitos podrá empezar la cura .Será porque alguna formación del inconsciente habrá
donado una cifra simbólica separadora con la cuál el analista podrá sancionar el comienzo
Me refiero a una posición del sujeto frente al deseo del Otro, supuesta demanda del
Otro que recién deberá transitar la letra del Otro que lo habita atormentándolo, hasta la
extracción de aquellos trazos singulares y su apropiación , pero eso es para todo análisis.
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Que esto se produzca, en la fobia, demora mucho, y si el trabajo se ve demorado
permanentemente porque no queda dosificada la angustia, la cura se interrumpe.
Es así que el fóbico desde pequeño visitó muchos consultorios psi. Hace poco me fue
traída por su padre una jovencita muy estudiosa y activa. Vive sola, estudia dos carreras, toca
en una banda, escribe trabajos, publica una revista etc. casi todo adentro de su casa o
acompañada y muy preocupada porque no se cura en ningún tratamiento psicológico por lo
cual sospecha que debe ser “vaga” y se siente muy culpable de que su padre aún la tiene que
mantener porque no puede salir a trabajar. Solo viaja en taxi porque al “bondi” no puede
pararlo y el taxi la deja bajar donde ella quiera.
En la entrevista con el padre yo lo escuchaba perpleja decirle a ella que sólo hace lo
que le gusta, que es una vaga, tan vaga, me dice mirándola “que le conseguí un trabajo
enfrente de la casa y ni cruza la calle”.Ella nombra al panóptico de Foucault que la mira
desde la ciudad en la que viven sus padres.
Este Sr. lloraba cuando le comuniqué frente a su hija que ella tenía una “enfermedad” desde
El ejercicio puntual del relato de este punto conceptual de la doctrina, como lo hacía
Freud cuando estaba investigando si se cumplían sus conjeturas teóricas permite luego
iniciar el trabajo de ligadura eslabón por eslabón que en estos casos falta por eso la
semejanza con el trabajo de los duelos impedidos y las combinatorias de estos casos de
“colmo de la angustia”, con depresión, aflicción o asidia como la llama Agamben.
Al $ le falta una pieza fundamental de su imagen, de sus capacidades, de sus deseos,
que haga de valla o de dique separador entre él y el Otro O bien esta pieza no está siempre a
su disposición. II. La segunda y tercera clave para cifrar la angustia, y obsérvese que
vuelvo a decir “cifrar” y no “descifrar”, en general se despliegan luego, comenzada la cura
y se alternan una y otra con la primera.
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Estas claves de trabajo con la angustia, que propongo como una operatoria posible, entre
otras, no se superponen a los tiempos lógicos de la dirección de la cura sino que pareciera
No alcanzará con que el analizante “aprenda” a situar la angustia
I. como señal del deseo del Otro, porque hay dos razones más por las que se presenta la
angustia y deberá ir agregándole las otras dos cifras.
II. como señal de una desmentida respecto al deseo, es decir le falta la falta y
III. como señal de una vacilación subjetiva frente a un corte que tiene la posibilidad de no
producirse y corre el riesgo de dejar al sujeto en la repetición de lo mismo en lugar de
animarse al acto de cruzar su Rubicón pero esto es ya avanzado el análisis.
En el primer tiempo de la cura y con la matriz del trabajo de las entrevistas el inconsciente
arroja alguna letra y ya le dimos un “molde separador” que la recoge, borde simbólico a esa
primera manifestación siderante del sujeto con la que se presentó
De algo de su letra ya disponemos en su valor separador.
También pudo ya hacer la experiencia del cese de su angustia.
El segundo modo en que aparece la angustia, entonces , es cuando reina una
desmentida,”la solución elegida” reniega de la castración, o como dice Lacan en el
seminario, “le falta la falta”, nada se pierde.
El simple ejemplo de un Sr. que dice que querría trabajar en relación de dependencia
para tener la tranquilidad del sueldo a fin de mes, deseo resignado ya de por sí, pero no está
dispuesto a perder en su vida la libertad que le da no tener horarios de trabajo en su negocio
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propio, nos indica que el neurótico pretende conseguir dos cuestiones incompatibles y a
veces lo logra al precio de una desmentida.
La desmentida es siempre renegatoria de la castración , por eso decimos que el fantasma del
neurótico en el que se mueve para no perder su goce es siempre “perverso” aunque no nos
referimos a la estructura puntual de la perversión.
Es con lo más preciado de su goce que todo neurótico debe pagar por su deseo y no quiere,
pero el fóbico, es el que menos dispuesto está y es al que más sufrimiento le produce la
angustia por no alinearse en las filas de la ley de la castración.
Cuando lo consigue y aprehende algo de una posición deseante es su giro hacia la posición
histérica y es su posición de prevención frente al deseo y no el requerimiento de que reste
insatisfecho el que le hace pegar la vuelta, fenoménicamente hacia el cálculo obsesivo y a la
El trabajo de diferenciar deseo y ganas es un largo trabajo de análisis para cualquier
neurótico, y otro tanto es hacer que coincidan .
Deseo y ganas coinciden recién al fin del análisis.
Por qué abreviar este paso para algunos , si se puede abreviar y por qué no para todos?
Porque el que padece de grandes ataques de angustia se le dan demasiado disjuntos para
situar un camino y él precisamente no puede darse esos lujos de la deriva.
Al fóbico se le borran muchas veces las fronteras de la ley con sus restituciones perversas.
La instauración vacilante siempre, de la castración, le permite creer que todo vale, que
ordenarse según la ley del deseo bajo la égida de la castración es que si no hace el deseo del
Otro, puede hacer lo que se le da la gana.
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Supone que va a haber algún lugar en este mundo en el que será libre de estar sujeto a
alguna ley ya que esta se le torne demanda del Otro, ese es también el giro hacia la obsesión.
Es cierto que el deseo del Otro no debe ser más la brújula para su deseo siempre prevenido
de aparecer y de arriesgar , por el contrario su camino no será sin ley porque volverá a
angustiarse ante el abismo que se le presentifica una y otra vez.
La cura del fóbico conlleva el riesgo de una restitución perversa de la fobia si el análisis no
advierte el habitual cobijo en la desmentida o si aún advirtiéndolo supone que debe transar
con ella a los efectos de evitar la angustia. Por ejemplo: “quiero ser dueño de mi empresa así
puedo llegar tarde y no tengo que rendirle cuentas a nadie, pero tampoco quiero tener la
responsabilidad yo solo, si me asocio ya tengo cámara pero también ojo que me mira, dice un
analizante que ya está advertido de los tres modos en los que lo entrampa su angustia.”
III .La tercer vertiente de aparición de los grandes ataques de angustia es aquél que es señal
de una posición repetida, ya conocida y se da ante cada vuelta separadora de la cura.
Aparece con la tentación de dejar las cosas en el mismo lugar, es decir que el corte y
cambio tan ansiado se demore, se postergue o bien ni siquiera se facilite que se produzca. La
angustia es señal nuevamente que un corte debe producirse para que cese el nuevo ataque.
Con la aplicación de estas claves en el análisis sobreviene una transformación de la
“vivencia”, sólo Imaginaria, “en experiencia” ésta introduce lo Simbólico y lo enlaza a lo
Esto también ocurre en los avatares de la cura de cualquier neurótico
Una y otra vez se pierde para el fóbico la eficacia de haber convertido la angustia en
señal, es por eso que decía que no se puede dar los lujos de cualquier neurótico. Si no cruza
su frontera para cada tramo de la cura, la invasión de la angustia vuelve a ser total.
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Momento de fuerte compromiso para el analista porque solo sostenido del deseo de
analista, y sosteniendo a ultranza el corte que debe realizar el $ con el lugar que debe
abandonar, habrá la chance de que ese movimiento se inscriba como acto.
Y acá las cosas con la fobia se complican.
Si toda cura en el momento en el que el analizante debe ceder el objeto se ve en
peligro, y la renegación toma toda la escena, al fóbico le cuesta entender que estará más
angustiado cuánto más postergue y reniegue.
Siempre supone que no está lo suficientemente preparado para su paso.
de la transferencia se las ve en figurillas para no dejar pasar la oportunidad , además el
analizante está dispuesto con su deseo a atravesar ese límite, pero el goce que lo fija a lo de
siempre, congelado en la repetición de lo mismo, lo deja sin ánimo de continuar.
Pivotear estos movimientos aún, si es necesario por fuera de las sesiones son parte del
dispositivo analítico, por ejemplo por teléfono, o modificando la frecuencia, subrayando el
valor de del análisis como sostén del deseo y no como mandato superyoico, para que el paso
Este modo de operar en algún tramo de la cura psicoanalítica que no siempre es privativa del
fóbico ni del tratamiento del gran ataque de angustia es el trabajo que propongo para
cuando se trata de signos que requieren metaforizarse o del concierto de pregnancias del
objeto que interrogan el límite de nuestro acto.
1) El sujeto supuesto saber no se instala en estos casos por la vía de la evidencia de la
lectura de la letra sino por la vía de saber hacer con la angustia.
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2) el goce que sostiene la renegación se hace así rápidamente evidente porque no se
avergüenza de lo que es capaz de corromper de la ley para sostener su rédito y puede
organizar una restitución perversa de la fobia.
3) El relato de estas claves al analizante en cada tramo del análisis, permiten una primera
ligadura simbólica que lo entrena a aplicarla para salir de la angustia que ya no es con ataque
agudo y sus consecuencias cada vez son más espaciadas y controladas permitiendo que el
análisis avance dosificando la angustia.
4) Mientras lo consigue el analista presta su presencia real para que este simbólico se
inscriba, a la vez que hace consistir un imaginario ,en el que se podrá prescindir de la
medicación a corto plazo no sin antes imprimirse una hoja de ruta, muchas veces de orden
espacial, pero siempre de un nuevo orden, a una angustia desligada, sin texto, que
comenzará a entrar en el discurso no sin haber arrojado los significantes de la pulverización
Esta podría nombrarse una “Intervención en lo Real” una entrada por el registro Real que
inscribe la castración, su efecto es Simbólico e Imaginario.
.En cuanto al empalme , no se trata de ligar la angustia a un objeto fobígeno sino de
conseguir el efecto sosegador que lo Simbólico produce cuando logra un horadamiento del
registro Imaginario como en el caso del “conteo” que describe Lacan en el Seminario “De un
Otro al otro”. Descongelamiento y nominación de los atributos propios ,de la filiación, de la
genealogía y por qué no del estilo y del talento de lo que ya se transformó del objeto.
Trazos tributarios del rasgo unario que le otorga consistencia a una posición deseante,
efímera, evanescente por momentos, pero que inaugura el renacimiento del sujeto.
The British Journal of Psychiatry (2013)202, 347–351. doi: 10.1192/bjp.bp.112.115931Maternal depression, antidepressant usein pregnancy and Apgar scores in infantsHans Mørch Jensen, Randi Grøn, Øjvind Lidegaard, Lars Henning Pedersen,Per Kragh Andersen and Lars Vedel KessingBackgroundUse of antidepressants during pregnancy has beenantidepressants (OR = 0.53, 95% CI 0.19–1.45). Maternala